sábado, 30 de enero de 2010

MIRAR FOTOS


Me gusta la fotografía.  Disfruto viendo fotos, de paisajes, de parajes, de la naturaleza, de ciudades y monumentos. También tirando. Y sobre todo regalándolas. Ahora regalar fotos, con la tecnología digital es barato.  Barato comparando con el coste que representaban las fotografías antes de que llegara dicha tecnología.
La semana pasada, en una reunión de amigos comentábamos acerca de las máquinas de fotografiar que habían pasado por nuestras manos.  Casi todos (pues somos de una edad muy aproximada) tuvimos en nuestra juventud la famosa Werlisa-Color . El sistema polaroid también tuvo un tiempo de éxito. Luego las Fujica, Canon, Nikon, con el sistema tradicional de "rollo" y revelado.  Bueno, ya no se le puede llamar tradicional. Ahora es el sistema "antigüo".
El mundo de la fotografía es un mundo atrayente. La base de la atracción creo que queda reflejada en los párrafos del pergamino de esta entrada. Eternizar en un instante ideal lo que fuimos o lo que vimos. Eternizar la belleza de un paisaje, la alegría de unos amigos en un momento.
Además se amplía dicho mundo con la fotografía creativa. Hay personas que son auténticamente artistas. He estado hoy en una exposición de fotografía en un Centre Cívic y he pasado un rato muy agradable. Una buena parte de la exposición eran fotos relativas al "vino". Las de blanco y negro preciosas, pero la que más me ha impactado ha sido una en color (ya sé que no es la técnica preferida por los sibaritas de la fotografía) que aparecía un ramo de uvas con una luminosidad perfecta, se apreciaban todos los detalles, en las uvas, transparentes se podían apreciar las ramificaciones fibrosas de su interior. Una estupenda foto.
Al contemplar exposiciones de fotografías realizadas por gente desconocida, artistas que permanecen en el anonimato, yo soy consciente de que siempre me moveré en una escala de aficcionado.

Y volviendo a la frase de mi pergamino, hoy he leído lo siguiente:   Harrison Ford decidió deshacerse de los espejos de su casa por no ver como el paso de los días iba erosionando la perpetua juventud de Indiana Jones.
Muy buena esa frase. Mi duda es si quien no aceptaba la erosión era Indiana  o el mismo Harrison, pero sea quien fuere de los dos no ha pensado que... el universo está lleno de lagos de agua quieta que nos devuelven nuestra imagen; no hace falta romper los espejos de tu casa para ignorar o no admitir el paso del tiempo.

Por fin, quiero indicar que la fotografía también sirve para dejar constancia de que somos autores de "algo" que siempre puede resultar agradable de volver a ver.